Zarzuela y Danza una relacion esencial
Danza española, bolera y flamenco en la zarzuela
La Zarzuela. Patrimonio de la Hispanidad. Crónica cantada de nuestra vida
La exposición “La Zarzuela. Patrimonio lírico de la Hispanidad. Crónica cantada de nuestra vida”, presentada en el Teatro Fernán Gómez el pasado viernes, es un homenaje a la zarzuela en todas sus vertientes, uno de los géneros más emblemáticos de la cultura española. Con más de 500 obras, la muestra ofrece un recorrido a lo largo de 14 áreas temáticas dentro de la Sala de Exposiciones del teatro. Comisariada por Emilio Casares, todo un experto en la Zarzuela.
La exposición, que es gratuita y se podrá visitar del 21 de septiembre al 12 de diciembre de 2024 en el Teatro Fernán Gomez, ofrece una profunda inmersión en el mundo de la Zarzuela, explorando su historia, evolución y su impacto en la vida cultural española y en la identidad hispana.
Desde el genero chico hasta el sainete lirico pasando por zarzuela barroca , romántica y genero grande, estilos representados en obras tan emblemáticas como Laurel de Apolo hasta la verbena de la Paloma pasando por Doña Francisquita y por obras tan emblemáticas como La Revoltosa y Luisa Fernanda, todas ellas nos han inspirado para incluir este post en RTD
Zarzuela y danza: una conexión esencial
La zarzuela y la danza española mantienen una relación profundamente entrelazada y simbiótica, donde ambas formas artísticas se nutren mutuamente. A nivel cultural, la zarzuela incorpora en su puesta en escena las diversas tradiciones dancísticas de España, reflejando en sus representaciones la riqueza y diversidad de las expresiones regionales, como la jota, la seguidilla, escuela bolera y el flamenco. La danza, por su parte, no solo añade colorido y dinamismo a la zarzuela, sino que actúa como un vehículo emocional y narrativo, permitiendo a los personajes expresar sus sentimientos y situaciones a través del movimiento. Juntas, la zarzuela y la danza celebran y proyectan la identidad cultural de España a lo largo de los siglos, creando un diálogo artístico que resuena con el alma popular del país.
Este enfoque subraya la interrelación entre ambos géneros y su capacidad para reforzar la identidad cultural española.
- Elementos folklóricos y regionales:
Muchas zarzuelas incorporan danzas típicas de diversas regiones de España, lo que refleja la diversidad cultural del país en el momento en el que fueron escritas. Por ejemplo, es común que en una zarzuela aparezcan bailes como la “jota” (del norte de España), la “seguidilla” Castellana de cuya influencia resulta el palo flamenco la “seguiriya” ( de Andalucia), el “chohtis” ( de Madrid) o la “sardana” (de Cataluña). Estas danzas no solo añaden colorido y autenticidad a la puesta en escena, sino que también ayudan a definir el carácter de la obra y sus personajes.
- El papel de la danza en la trama:
La danza en la zarzuela a menudo no es simplemente un adorno, sino que contribuye al desarrollo de la historia. Los personajes suelen expresar sus emociones y relaciones a través de teatro lirico, música y baile, lo que convierte a la danza en un vehículo narrativo adicional. Esto es particularmente visible en las zarzuelas de tipo «género chico», donde el elemento popular y costumbrista está muy presente.
- Coreografías características:
Las coreografías en las zarzuelas varían según el tipo de obra y el contexto. En muchas ocasiones, los números de danza se diseñan para dar paso a la interpretación de uno de los personajes principales o para resaltar las habilidades de solistas o de coros, que llenan el escenario de composiciones costumbristas al ritmo de la música y de la interpretación, la danza española tradicional, el flamenco y la escuela bolera son estilos claves en la zarzuela, a menudo acompañados por el sonido de las castañuelas.
- La zarzuela, danza española y flamenco como vehículos de identidad:
Ambos, la zarzuela y la danza española, han sido usados para reforzar y proyectar la identidad cultural española tanto en el ámbito nacional como internacional. A través de la zarzuela, se han inmortalizado varias formas de danza española, permitiendo que los espectadores de distintas generaciones y partes del mundo se conecten con las tradiciones y costumbres españolas a lo largo de los siglos.
En palabras de José Manuel Gamboa y Faustino Núñez en su libro flamenco de la A a la Z, “La zarzuela… como género análogo a la opera vienesa tuvo una gran aceptación popular y no estuvo exento de escenas gitanescas de aroma flamenco, como es el caso de las Bodas de Luis Alonso, entre otras muchas”
En resumen, la relación entre la zarzuela, danza española y flamenco es simbiótica: la zarzuela integra la danza como parte fundamental de su expresión artística, y la danza enriquece la zarzuela al añadir una dimensión visual y emocional que complementa la música y la narrativa. Ambos elementos, además, contribuyen a la celebración y difusión de la cultura popular y regional de España.
